domingo, 11 de mayo de 2014

La verdad sobre la Navidad

Como cualquier chico, Tomi tuvo su etapa de enloquecer a sus padres con preguntas. Su curiosidad jamás tenía límite, “¿por qué?” no era una consulta, sino una duda existencial infinitamente repetible; y sus consultas se transformaban en interrogatorios interminables.

¿Pá, que número de Playstation había cuando eras chico? ¿Por qué el fuego quema? ¿Si lo vuelvo a tocar, vamos a tener que ir al hospital otra vez? ¿Qué están haciendo esos dos perros? ¿Quién es “el gitano” que la abuela dice le movía el piso? ¿La hacía caer? ¿El abuelo no la defendía?
Tomi tenía muchos interrogantes, pero una sola preocupación: Papá Noel.