jueves, 20 de noviembre de 2014

Carta a mi administrador de consorcio

Buenos Aires, 20 de noviembre de 2014

Sr. Julio A. Herrera
Administrador

            Estimado señor, lamento molestarlo, sé que es un hombre ocupado, e imagino está trabajando arduamente para hacer nuestra vida más sencilla, pero necesito ponerlo en conocimiento, o, en caso que ya esté al tanto, recordarle, que el edificio situado en la calle Pablo Giorello 8181 presenta una serie de… no sabría que palabra usar para abarcar la magnitud y cantidad de… ya está, ya está: desgracias. Eso, desgracias. Inconvenientes no estaba a la altura. Me hubiese gustado comentarle estos temas en la última reunión de consorcio, pero se me hizo difícil hacer prevalecer mi voz por sobre los justos pedidos de mis vecinos de empalarlo en la plaza del barrio, por lo que escribo esta carta para comentarle los temas que más me afligen.

lunes, 3 de noviembre de 2014

En el puerto


Había acontecido con la rapidez de algo que maceró durante años. Un largo período de represión, entropía en segundos. Bárbara dejó la puerta de calle abierta y caminó hacia el puerto.

Ahora esperaba en su banco preferido y contemplaba los cientos de barcos amarrados en el muelle. Colores movedizos e intercambiables, flotando indiferentes. Aunque sabía que no era cierto, sentía que tenía todo el tiempo del mundo y le parecía que los demás se movían a alta velocidad. Miraba a la gente correr al trabajo, a la facultad, a una reunión. Los turistas apresurados, tomando fotos y sonriendo. Gente llegando tarde a todos lados. En uno de los barcos alguien cantaba. Sonrió.