martes, 8 de agosto de 2017

El desenlace del dinosaurio

Con esa media sonrisa que portamos los arrobados, miro fijo al amor de mi vida mientras recorro el mundo y me lleno de experiencias. Me es difícil ser más feliz que con ella. Recorro sus rincones más prohibidos en la soledad del hogar. Siempre abierta, lista a responder al roce de mis dedos. Aprendo, río, jamás deja de sorprenderme.
De repente, le consulto algo y se queda helada. Vuelvo a preguntar, no responde. El nudo que se empieza formar en mi estómago es aviso de lo inminente.
El dinosaurio.
Ese reptil infame de 8 bits, que aparece y anuncia mi terror máximo:
Me quedé sin internet.