miércoles, 11 de octubre de 2017

H.D.M.P.

Septiembre de 2017


Estimados turistas,


Estoy al tanto de lo divertidas que pueden ser las seudo-noticias en las que se enumera, con una mezcla de sorna e incredulidad, las poblaciones de nombres insólitos y, a veces, hasta soeces, pero, como parte de esta maravillosa población que habito y tengo el honor de gobernar, puedo ver y sentir que los chistes sólo son graciosos cuando uno no es el destinatario.

Manga de Tarados es un pueblo próspero, orgulloso y trabajador, y en ningún sentido semejante a su anticuada y engañosa nominación.


En el año 1876, el explorador francés Jean Jaques Mangdetaradú llegó a la zona y se asentó, con parte de su expedición, buscando los minerales que las montañas ocultaban y los aborígenes de la zona mencionaban en las torturas. El caserío, sediento de bienestar y ganas de hacerse rico, creció rápidamente y Monsieur Mangdetaradú lo bautizó con su nombre. 
Resultó que los interrogadores malinterpretaron a los nativos (estigma, nuestra debilidad para los idiomas, que volvería a castigarnos) y que, también en el idioma del pueblo originario, “mineral” y “mortal” suenan parecido. Las montañas estaban vacías salvo por centenares de trampas naturales, cosa que llevó a la pérdida de gran parte de la población y al fusilamiento de Mangdetaradú, hecho responsable por la “pérdida de tiempo, vidas y esperanzas”.
Muchos de los exploradores continuaron viaje, pero los más encariñados con la tierra y las ganas de dormir hasta tarde se quedaron, sin molestarse en cambiar el nombre del lugar.


Luego de la independencia de nuestra patria, los primeros gobernantes, férreos defensores del nacionalismo y no tan duchos en el idioma de Baudelaire y Víctor Hugo, castellanizaron el nombre del caserío, sin consideración por el resultado, ni un diccionario francés-español a mano. De ahí la denominación que nos representa.

Si fuese por mi (cosa que intenté que así fuera, pero el plebiscito terminó con un rotundo "No" al cambio de nombre; que, ahora que lo pienso, no debería haber sido online, ni haber permitido que todos pudieran votar, ya que tenemos 3.501 habitantes y votaron 159.345 personas) este pueblo debería dejar atrás su injurioso nombre y pasar a llamarse "Hato de Magníficos Pueblerinos".

Este es un hermoso lugar, lleno de gente seria y capaz. El campeón nacional de “piedra, papel o tijera” es lugareño. Se mudó a la capital apenas pudo, pero la celebridad solía caminar nuestras calles cada vez que necesitaba víveres, desinflamante para sus exigidas muñecas (sus títulos no hacían mella entre las féminas del pueblo) o una nueva picana para torturar nativos: vergonzosa tradición local, pero tradición al fin. ¡No se pierdan el Festival “Torture a su indio”, del 12 al 16 de Diciembre! 
Pueden hospedarse en nuestras rústicas hosterías, pescar en los ríos que nos rodean, perderse (no literalmente, por favor) en los bosques de la zona y visitar las Montañas del Terror, parte de nuestra historia y nuestro accidente geográfico más famoso.

Para finalizar, los insto a que dejen de robarse los carteles que señalan la entrada al pueblo. Para ustedes puede ser un recuerdo chistoso, pero para nosotros es una de las pocas formas que tenemos de que la gente frene a tomarse una foto en nuestro territorio. 

Los esperamos este verano, ¡la temporada de salmón está por empezar! (no olviden comprar repelente para osos en nuestras tiendas). 

Un tanto molesto, pero intentando ser comprensivo, les envío un fuerte abrazo.



Agustín Tendente
Gobernador 
Manga de Tarados
Partido Abolicionista de 
Valores Obsoletos 

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